14 abril, 2011
Esta semana, los responsables del proyecto ATLETE (Appliance Testing for Energy Label Evaluation) y representantes de la patronal europea CECED han presentado en Bruselas los resultados de un estudio sobre el etiquetado energético de electrodomésticos.
En 2009 la asociación europea de fabricantes de electrodomésticos CECED, junto con la Comisión Europea, inició y puso en práctica el proyecto ATLETE (Appliance Testing for Energy Label Evaluation). El objetivo era mejorar la vigilancia del mercado en los estados miembros de la Unión Europea (UE) y reforzar más aún la eficiencia energética como argumento de venta. El 12 de abril los responsables del proyecto y representantes de la CECED presentaron los resultados durante la EU Sustainable Energy Week celebrada en Bruselas.
80 frigoríficos y congeladores testados
El objeto del proyecto ATLETE fueron los frigoríficos y congeladores, así como los aparatos combinados con frigorífico y congelador. Los 80 aparatos seleccionados para ello fueron adquiridos en diferentes países de la Unión Europea (UE) para garantizar la máxima objetividad posible de los resultados. Procedían de 48 marcas y de 40 fabricantes. Al comienzo del proyecto, 27 fabricantes que forman parte de la CECED, firmaron un acuerdo voluntario: en caso de que las mediciones realizadas en sus aparatos indicasen deficiencias en las especificaciones de la etiqueta energética, pondrían en práctica inmediatamente todas las medidas correctoras necesarias.
El ejemplo de BSH
BSH aplaudió la realización del proyecto y prestó su apoyo para su puesta en práctica. Cuatro modelos de las marcas Bosch, Siemens y Balay fueron sometidos a las pruebas. Una vez finalizadas todas las mediciones los cuatro modelos obtuvieron la certificación de que todos los datos en todas las categorías de la etiqueta energética europea eran completamente correctos.
La medición de los aparatos se llevó a cabo en cuatro laboratorios de ensayo cuidadosamente seleccionados. Se midieron el volumen del frigorífico y del congelador, el tiempo de alcance de la temperatura deseada, la temperatura de enfriamiento y, sobre todo, el consumo energético y la clase de eficiencia energética de los aparatos. Basándose en este principal criterio, las mediciones constataron que el 84% de los aparatos estaban etiquetados correctamente. Pero, sin embargo, el 13% aproximadamente, estaba clasificado con una clase de eficiencia energética por encima de la que le correspondía, y cerca de un 3% de los aparatos habían declarado incluso dos o más clases de eficiencia energética por encima.
Las mediciones dieron como resultado que en los 5 criterios había una cuota de errores total del 53%. Muchas de las diferencias registradas se refieren a especificaciones incorrectas en cuanto al volumen del frigorífico y del congelador, a la temperatura de enfriamiento o a la capacidad de congelación. En 13 aparatos aún no han concluido las mediciones.
*Para más información: