5 marzo, 2021
La zona pública de la residencia unifamiliar Villa Serena reúne cocina, comedor y salón en un espacio abierto, amplio y diáfano, conectado con las áreas de recreo exteriores.
Ubicada en el lujoso centro turístico de Península Papagayo (Guanacaste, Costa Rica), Villa Serena se alza en medio de una zona protegida en la que las edificaciones deben cumplir con unas estrictas directrices para garantizar la conservación del entorno.
1.390 metros cuadrados interconectados
La residencia cuenta con una superficie total de 1.390 metros cuadrados distribuidos en dos niveles y está integrada por módulos unidos entre sí a través de corredores exteriores cubiertos. Para reforzar la conexión entre interiores y exteriores se recurre a tabiques acristalados con grandes puertas correderas que facilitan la penetración de la luz natural y la movilidad de los usuarios.
Como respuesta a la agresiva pendiente, el acceso a la villa se ubica en el nivel superior; piso que incluye también aparcamiento, garaje, entrada cubierta, recibidor, tres suites y varias estancias de servicio. El nivel inferior, por su parte, acoge las áreas públicas, tanto interiores: cocina, comedor, sala de estar y sala multimedia; como exteriores: barbacoa, salón, piscina y jardín-, así como dos suites para invitados y zonas de almacenaje y despensa.
Cocina con isla integrada: mobiliario diseñado por Santos
La zona pública de la residencia vacacional reúne cocina, comedor y salón en un espacio abierto, amplio y diáfano, conectado con las áreas de recreo exteriores. Sus distintos ambientes se definen sin obstáculos, a través de los materiales, el interiorismo y las alturas del techo.
Isla central
La cocina, equipada con muebles diseñados por Santos, se ubica en una esquina de la estancia. Su organización parte de una isla central que reúne las zonas de fregado y preparación. Además de múltiples opciones de trabajo y organización: portafregadero, cajonero, máquina de hielo y dos lavavajillas en la cara interior, más cinco módulos de servicio con puerta en la exterior. La encimera se extiende por sus costados y se prolonga hacia su lado posterior, dando forma a una barra para compartir desayunos o picoteos.
Mobiliario en forma de L
El resto del mobiliario se dispone en forma de L, totalmente integrado en la arquitectura. Así, en paralelo a la isla transcurre la zona de cocción, con un módulo portaplaca flanqueado por dos cajoneros con cajones de extracción total y gran capacidad. Sobre los muebles bajos cuelgan seis armarios altos, dotados en su base de un perfil LED para iluminar la superficie de trabajo. Estos muebles acogen la campana extractora, manteniéndola oculta para favorece la uniformidad estética. El lineal se cierra en cada extremo con sendas columnas de servicio, una de ellas en esquina. La zona central blanca se enmarca con Silestone Blanco Zeus, para reforzar su contraste con el acabado madera del resto de frentes y vincularla estéticamente con la isla.
El segundo tramo de la L lo ocupan cinco armarios columna. En un espacio compacto y organizado, incorporan hornos, frigorífico, congelador y módulos para almacenar provisiones y utensilios.
Armonía, calidez y serenidad
La planificación de la cocina consigue que todo se encuentre al alcance de la mano. Además, ofrece holgadas áreas de paso para facilitar que los usuarios compartan tareas o espacios sin molestarse. Por su parte, las opciones de integración del mobiliario de Santos, junto con su diseño de líneas puras, frentes lisos y una delicada combinación de acabados, ayudan a generar un todo armónico, cálido y sereno, acorde con el resto de espacios a los que se abre la estancia.
*Para más información: https://santos.es/es/
05.03.2021