7 enero, 2025
La arquitecta e interiorista Anabel Soria ha llevado a cabo la reforma, prácticamente de origen, de un pequeño piso de 54 m2 ubicado en Ocaña, Madrid.
Antes de la reforma, la cocina era independiente, totalmente cerrada, muy pequeña y con varias esquinas que complicaban su practicidad, y la propietaria necesitaba una cocina que destacase por su funcionalidad a pesar de sus reducidas dimensiones.
El primer paso para ganar amplitud fue tirar los tabiques y unificar la cocina con el comedor. En cuanto a la distribución, se optó por una disposición lineal, mucho más cómoda y aprovechable que la anterior distribución en esquina. Además, el ancho del espacio permitió incorporar un frente de armarios altos para escobero, despensa y una pequeña hornacina decorativa para café, lo que ayudó a reducir la pesadez visual del conjunto.
En esta cocina, el color blanco, combinado con detalles en dorado, como en tiradores y grifería, cumple a la perfección con su papel protagonista. Por su parte, la encimera de piedra natural aporta calidez y armonía.
La distribución lineal de la cocina resultó en un espacio de entrada abierto y diáfano donde se dispuso una mesa extensible de madera de Kave Home. Como complemento, una lámpara colgante de Zara Home y sillas de Sklum que fusionan el negro de sus patas con un asiento en tono gris, se encargaron de darle el toque distintivo.
Por último, la cocina también definió la nueva distribución del salón-comedor, ya que al deshacerse de las paredes que separaban la cocina y un pequeño pasillo de entrada, se amplió el espacio y se potenció la luminosidad.
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07.01.2025